martes, 15 de noviembre de 2016

CONTROL DE VOCABULARIO

a. Pero la pequeña y sumisa señora Lavoine era demasiado ingenua como para darse cuenta... (pág. 9).
... y que le encantaba ser la fuente de información de todas las comadres de Beaufort.

b. ...las comadres seguían hablando de ella, preguntándose por qué la antigua lavandera había vuelto del pasado, como un oscuro pájaro de mal agüero,... (pág. 16).

c. De todos modos, al enorme criado no parecía molestarle oír su nombre chapurreado a la francesa... (pag. 17).

d. Pues a mí me parece que comprar la mansión Grisard es un buen alarde de nuevo rico... (pág. 18).

e. Aquel escalofriante sonido, que no se parecía a nada que las dos mujeres hubiesen escuchado antes, se expandió hacia el páramo, buscando quizá luz en las tinieblas... (pág. 31).

f. Puede que sea algo rudo, pero yo creo que se debe a que es extranjero (Mijaíl)... (pág. 35).

g. Las manos de la señorita Dubois eran pequeñas y de ademanes suaves. (pág. 36).

h.  ...porque el hombretón lo invitó a pasar a una habitación en la que sólo había una silla, vieja y desvencijada. (pág. 39).


a. Lo llamaban Rouquin, y era corpulento, enérgico, impulsivo, obstinado y bravucón. (Pág. 54).

b. El granjero Rouquin seguía exigiendo incansablemente que se organizase una batida... (Pág. 56).

c. ...la morada de Isabel estaba incluida en la zona que él había escogido para peinar. (Pág. 62).

d. Pero no se produjeron nuevos incidentes , y el pueblo pareció volver a su sopor habitual. (Pág. 67).

e. Además, ¿qué ha hecho de malo esa chiquilla? Tener la lengua muy larga y enamorar se la persona equivocada. (Pág. 76). (El mismo significado que tener mucha lengua).

f. Con las luces del alba tomó por fin su decisión. (Pág. 77).

g. A Marx no le gustaba el aire prepotente de Bronac, pero había acudido a él por dos motivos. (Pág. 79).

h. Jerôme vio cómo Mijaíl le echaba una manta sobre los hombres, y cómo la joven envolvía en ella todo su cuerpo, dejando ver sólo su rostro marfileño. (Pág. 85). 

i. Isabelle cogió los paquetes con gesto adusto. (Pág. 95)

k. Se oyeron algunas carcajadas y bufidos de escepticismo. Jerôme se encaró con ellos.