miércoles, 24 de febrero de 2021

EL ESPACIO EN LA NARRACIÓN


Gas de Nevada, un relato de Raymond Chandler.

Llovía frente al Delmar Club. El portero con librea ayudó
a Hugo Candless a ponerse el impermeable blanco y
fue a buscar su coche. Una vez aparcado ante el toldo,
le acompañó con un paraguas hasta el coche.
El chófer, que llevaba un impermeable negro con el
cuello levantado hasta las orejas, no volvió la cabeza.
El portero abrió la portezuela y Hugo Candless subió y
se aposentó en el asiento trasero de la limusina.
–Buenas noches, Sam. Dile que vamos a casa.
El portero se tocó la gorra, cerró la puerta y transmitió
la orden al chófer, que asintió sin mirar hacia atrás. El
coche se puso en marcha bajo la lluvia.
La lluvia caía inclinada y, en los cruces de las calles,
barrida por súbitas ráfagas de aire, golpeaba con
fuerza el limpiaparabrisas del automóvil. Todas las
esquinas estaban atestadas de gente que pretendía
cruzar la calle Sunset sin mojarse. Candless sonrió,
compadecido.
Hacía mucho calor dentro del coche. Todas las ventanillas
estaban cerradas, al igual que el tabique de
cristal que separaba los asientos delanteros de los traseros.
Candless alargó la mano para abrir una ventanilla.
La manivela no giraba. Probó la del otro lado, pero
esta tampoco funcionaba. Candless sintió un escalofrío
en la espalda. Se inclinó y aporreó el cristal con el
puño. El chófer no volvió la cabeza. Alargó la mano y
apretó un botón con su mano enguantada. Se oyó un
silbido. Candless notó un olor a almendras, amargo y
letal: el olor del cianuro.

a. ¿A qué género literario pertenece este relato?
b. ¿Quién lo protagoniza? ¿Sabemos algo de él?
c. ¿En qué espacio nos movemos? ¿Único o múltiple? ¿Exterior o interior? ¿Urbano o rural? ¿Realista o fantástico? ¿Ameno o siniestro?
d. ¿Crees que la lluvia crea un ambiente especial?
e. El valor simbólico de la limusina varía a medida que el relato progresa. ¿De qué modo?
f. El lugar puede ser la causa de la acción narrativa.  ¿Ocurre así en este caso? Explícalo.
g. El chófer detiene el coche al borde de una carretera desierta, apaga los faros, se apea y abre la puerta trasera... Continúa el relato a partir de este punto. Describe el entorno y explica qué ocurre con Hugo: ¿ha muerto o está inconsciente?

domingo, 14 de febrero de 2021

DICTADO. LOS DIPTONGOS Y TRIPTONGOS


Cómo preparar un dictado:
1º Copia el texto en tu cuaderno.
2º Revisa que lo hayas copiado correctamente.
3º Subraya las palabras que te resulten más difíciles.
4º Escríbelas varias veces y comprueba que sean correctas.
4º Busca a alguien que te lo pueda dictar.
5º Corrígelo.
6º Copia varias veces las palabras que hayas escrito mal.
7º Deberías repetir el dictado hasta que el resultado fuera completamente correcto.

 DICTADO
¿Qué más podéis pedir? Nos habéis arrebatado todo, no nos queda trigo ni un maldito buey con que trabajar la tierra. Arrasasteis campos, quemasteis bosques, envenenasteis los ríos. Los niños aúllan de terror al veros, huyen las mujeres al sentiros venir, los ancianos se santiguan. Nuestra reina fue a hablaros. Pidió paz y solo vio cómo hacíais prisionero a nuestro pueblo. Dio sus tesoros a cambio de nada. Os reís de nuestra desgracia y en vuestros pétreos corazones no cabe más desprecio. Bien, caudillos del Norte, cuidaos. Tendréis el castigo que merecéis. Habrá venganza para cada uno de vosotros pues etéreo es el poder de los hombres.

miércoles, 10 de febrero de 2021

EL GÉNERO NARRATIVO. EL NARRADOR.


1. Completa el esquema del tipo de narrador con la información que aparece en el artículo "Cuéntame cómo pasó. Tipos de narradores" de la revista online de literatura juvenil El templo de las mil puertas.
http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/revista/58/33/ 

Ejemplos de narrador:
https://sites.google.com/a/xtec.cat/la-narracion/el-narrador 

Muchas veces el narrador no se limita a contar unos hechos, sino que también los interpreta o evalúa. El narrador puede incluso dirigirse al lector o hacer comentarios sobre su propio relato.
¡Es cierto! He sido y soy terriblemente nervioso, pero ¿por qué van a decir que estoy loco? [...] Oía todas las cosas del cielo y de la tierra. Oía muchas cosas del infierno. ¿Cómo puede ser entonces que esté loco? ¡Escuchen y observen con qué calma y con qué sano juicio puedo contarles toda la historia!                                                                                                                           
EDGAR ALLAN POE
 
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Actividad 1
Indica el tipo de narrador y justifica tu respuesta (escribe las palabras y oraciones que lo demuestran) .
 Texto 1:
  • Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.
    Sánchez Ferlosio, El Jarama

Texto 2 :

  • La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin.
    Kafka, La metamorfosis

Texto 3:

  • A los seis años ya había captado por completo su entorno mediante el olfato. No había ningún objeto en casa de madame Gaillard, ningún lugar en el extremo norte de la rue Charonne, ninguna persona, ninguna piedra, ningún árbol, arbusto o empalizada, ningún rincón, por pequeño que fuese, que no conociera, reconociera y retuviera en su memoria olfativamente, con su identidad respectiva. Había reunido y tenía a su disposición diez mil, cien mil aromas específicos, todos con tanta claridad, que no sólo se acordaba de ellos cuando volvía a olerlos, sino que los olía realmente cuando los recordaba; y aún más, con su sola fantasía era capaz de combinarlos entre sí, creando nuevos olores que no existían en el mundo real.
    Süskind, P. El perfume

 Texto 4:
  • Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a ver a un norteamericano más triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a Perú, en un viaje que debía durar más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.
    Roberto Bolaño, Jim

Texto 5:

  • Fue entonces cuando se torció el tobillo [...] Cayó en mala posición: el empeine del pie izquierdo cargó con todo el peso del cuerpo. Al pronto sintió un dolor agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el césped, se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba hinchado. El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo que con suerte el percance no revestiría mayor importancia. Se puso el calcetín y la zapatilla; se incorporó; caminó con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.
    Javier Cercas, El inquilino

Actividad 2

 Texto 1

Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata y segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales.  Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco.


J. P. Salinger, El guardián entre el centeno
a. ¿Qué tipo de narrador aparece? 
b. Escribe las palabras en las que te bases para afirmar lo anterior. 
 
 
 Texto 2


Pues sepa vuestra merced ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nascimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre, y fue desta manera: mi padre, que Dios perdone, tenia cargo de proveer una molienda de una aceña, que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero mas de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí. De manera que con verdad  me puedo decir nascido en el río.
 Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso, y confesó y no negó, y padesció persecución por justicia. Espero en Dios que está en la gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados.
En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue; y con su señor, como leal criado, fenesció su vida.

                                                                              Anónimo, Lazarillo de Tormes
 a y b.
c. También el narratario se muestra claramente. Copia los términos que demuestren su presencia. 
http://contenidos.educarex.es/mci/2003/18/inicio.htm 

http://www.materialesdelengua.org/WEB/hotpotatoes/narrador/tipos.htm

http://contenidos.educarex.es/mci/2003/18/inicio.htm  

Actividad 3

EL AUTOR - EL NARRADOR
EL LECTOR - EL NARRATARIO

 Indica el autor, el narrador, el lector y el narratario.
 
  Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya. 

Nací hace ya muchos años –lo menos cincuenta y cinco– en un pueblo perdido por la provincia de Badajoz; el pueblo estaba a unas dos leguas de Almendralejo, agachado sobre una carretera lisa y larga como un día sin pan, lisa y larga como los días –de una lisura y una largura como usted, para su bien, no puede figurarse– de un condenado a muerte.

Camilo José Cela La familia de Pascual Duarte


 Pascual (el protagonista), cuenta su vida al señor don Joaquín Barrera López (otro personaje de la novela). 


Actividad 4. Expresión escrita.
Elige un narrador en 1ª o 3ª persona omnisciente y redacta la mejor o peor experiencia que le haya ocurrido a un compañero tuyo. (Texto de diez líneas, aproximadamente).
 
 
 

EL CUENTO

El criado del rico mercader

Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.

Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.

—Amo —le dijo—, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.

—Pero ¿por qué quieres huir?

—Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.

El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.

Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.

—Muerte —le dijo acercándose a ella—, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?

—¿Un gesto de amenaza? —contestó la Muerte—. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado.

Bernardo Axtaga: Obabakoak (1993)

Comprensión lectora:

- ¿Por qué se sorprende la Muerte de ver al criado en Bagdad?


- ¿Cómo pudo haberse librado de la Muerte el criado del mercader?


- Y vosotros, ¿creéis en el destino? 

 

Expresión escrita

Inventad otro final para que el criado pueda librarse de la Muerte.