EL CORAZÓN DELATOR
EL GATO NEGRO
RELATO EL CORAZÓN DELATOR
¡Es cierto!
Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué
afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en
vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo
lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno.
¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen… y observen con cuánta cordura, con
cuánta tranquilidad les cuento mi historia.